Políticamente corrector (de estilete)

viernes, 20 de noviembre de 2009

«Perdón, imposible» (citas)

«Perdón, imposible» (José Antonio Millán, RBA, 2005)

El veneciano Aldo Manuzio (1450-1515), el mejor de los impresores de su época –equivalente casi a los editores actuales- fue el instaurador de un modelo de libro que se ha mantenido hasta nuestros días.

Debemos al taller de Manuzio la aparición de la letra cursiva, más legible que la gótica que se veía usando en imprenta (y que se basó en la letra humanista manuescrita).

También aportó una puesta en página equilibrada con un sabio uso de los espacios en blanco en los márgenes, e incluso un formato nuevo: el de bolsillo.

Su emblema fue el ancla y el delfín –luego utilizado repetidamente- y el lema “festina lente” (apresúrate despacio), auténtica clave del trabajo editorial.

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La imprenta ayudó a extender y uniformizar el uso de los signos de puntuación, aunque durante siglos hubo usos muy diferentes, con variantes en distintos países.

Para el español, el impulso unificador vino de la Real Academia, que en 1742 incluía el embrión de los usos modernos en su “Ortographía” (por cierto, la puntuación se ha considerado siempre parte de la ortografía, aunque en el sentido popular, ortografía es lo que tiene que ver con las letras, mientras la puntuación se ocuparía de los signos. Pero hasta mediados del siglo XIX no podemos encontrar un sistema de puntuación estable.

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El punto y coma aparece en español en el siglo XVI, aunque con escaso uso.

En el Renacimiento fue muy frecuente que los : se llamaran “coma”, de hecho cumplían la función que hoy tiene la coma.

EN FRANCÉS, es común dejar un espacio ANTES y otro DESPUÉS de los dos puntos. “decía : el…”

El paréntesis aparece en los primeros libros impresos a finales del siglo XV, aunque ya era usado en los manuscritos. Su nombre proviene del griego “paréntesis” (poner al lado). Su misma forma recuerda dos manos curvadas que agarraran una porción de la frase, dice el maestro del XVII Jiménez Patón: “Paréntesis es un círculo grande, partido por medio, que abraza la razón inserta”.

En las últimas décadas (quizá por influencia del inglés), está cundiendo en uso de rayas en la función del paréntesis. Su función es exactamente la misma.

Si el narrador hace un comentario al final de la frase, no se cierra la raya de diálogo.

El signo ¶ o “calderón” es una forma especial de la letra P, inicial de “paragraphus”, palabra latina para “párrafo”. En los ordenadores este signo se utiliza precisamente para indicar el final del párrafo.

“Lo dijo Blas, punto redondo”: frase irónica que se utiliza para expresar que algo que otro ha dicho no se considera, ni mucho menos, cierto.

Comillas: latinas (« »), inglesas (“ ”) y simples (‘).  

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